Dádivas quebrantan peñas

Para bien o para mal

Para mí que en cualquier Estado, tan pronto un cuerpo de policía salta a la palestra mediática con frecuencia, la Democracia se resquebraja. De un tiempo a esta parte, es lo que está ocurriendo, alarmantemente, en Cataluña con el cuerpo de los Mossos d’Esquadra (policía autonómica), de una forma más o menos merecida según el caso concreto. Está visto que, últimamente, los acontecimientos trágicos en los que se ven envueltos algunos de sus miembros menudean en los medios de comunicación. Antaño podían acaecer multitud de sucesos en los que no pocos elementos del cuerpo eran imputados,
juzgados, condenados y, sorprendentemente, indultados y la prensa, salvo honrosa excepción, o no decía ni mu o relegaba la noticia al rincón donde pasara más desapercibida. Ahora, después de las imágenes que conservan muchos ciudadanos en sus retinas de unos mossos d’esquadra aporreando las cabezas de pacíficos e indefensos “indignados” sentados en el suelo de plaza Cataluña en Barcelona, el concepto que se tiene de esta corporación policial es enormemente negativo. Por consiguiente, desde el episodio mencionado en el punto anterior, la repercusión mediática de todo lo que tenga que ver con cualquier hecho luctuoso en el que se vea envuelto algún miembro del cuerpo policial autonómico se dispara… para bien o para mal.